¿Abuelos, jardín maternal o niñera? ¿A quién es mejor dejarle el niño cuando vuelvas a trabajar? Depende. No hay una respuesta correcta para todas las mamás, tenés que encontrar la solución que sea mejor para vos. Considerá la edad del niño, las capacidades de los abuelos, los costos, la estabilidad a largo plazo. En definitiva, la mejor solución es la que te deje más tranquila.
Cuando llega el momento de volver al trabajo, muchos padres se preguntan: ¿es mejor confiar el niño a los abuelos, inscribirlo en el jardín maternal o buscar una niñera? Este artículo analiza 10 factores clave a considerar, como la edad del niño, la flexibilidad de los horarios, la socialización, la seguridad y los costos. Descubrí las ventajas y desafíos de cada opción para tomar una decisión responsable.
¿Abuelos, jardín o niñera? ¿A quién le dejo a este pibe/piba? Pronto volvés al trabajo y tenés que elegir quién va a encargarse de tu hijo. Podés contar con abuelos disponibles, pagar una niñera o conseguir lugar en un jardín maternal. ¿Cuál es la mejor solución? Depende. Para elegir tenés que considerar muchas cosas, pero sobre todo entender qué te da más tranquilidad. ¿Te sentís más cómoda dejando al niño con tu mamá? ¿O preferís una buena niñera de confianza? ¿O mejor saber que está con las educadoras del maternal en un espacio pensado para chicos? La solución mejor es la que te permite ir al trabajo con la cabeza tranquila, porque así le transmitís esa tranquilidad a tu hijo y él notará que lo dejas en buenas manos. Para ayudarte a elegir, acá van 10 puntos para tener en cuenta.
1. ¿Cuánto cuesta volver al trabajo? El factor económico
El factor “costo” es clave al decidir entre abuelos, jardín o niñera.
- Los abuelos (cuando hacen de niñeros, sin cobrar): la elección más barata. Aunque podría tener “costos” en términos de armonía familiar, pero hablamos de eso después.
- El jardín maternal: en los últimos años, el costo de los jardines maternales privados aumentó en muchas ciudades del país, pero sigue siendo una opción bastante accesible en comparación con otras alternativas. La cuota mensual varía según la institución y la zona, y en algunos casos podés acceder a jardines públicos o subvencionados, que tienen cupos limitados y requisitos específicos. De todas formas, tené en cuenta que el jardín no resuelve todo: si tu hijo se enferma, hay paro docente o trabajás jornada completa y no podés (o no querés) contar con los abuelos, probablemente vas a tener que sumar al gasto del jardín el de una niñera por horas.
- La niñera: el precio varía según la ciudad y depende de la experiencia y del tipo de contrato. Para saber la tarifa promedio en tu ciudad, leé nuestro post sobre cuánto cobra una niñera.
2. ¿Demasiado chico para el jardín?
La elección entre abuelos, jardín o niñera también depende de la edad del niño.
- Según muchos psicólogos, hasta los 12–18 meses es preferible garantizar al niño una relación exclusiva con un adulto, por eso convienen los abuelos o una niñera.
- El jardín, incluso en el mejor de los casos, no puede ofrecer una relación uno a uno.
Quizás algunos padres temen que el chico sea “demasiado chico para el jardín” por miedo a que conviva con niños más grandes o “agresivos”… que a veces “pican”. Pero esos encuentros son parte de crecer. Si no los experimenta en el jardín, los vivirá en el preescolar, donde a los 3 años convivirá con niños de hasta 5 años y medio. Las educadoras están formadas para manejar conflictos entre chicos. Así que, aunque sea chico, la presencia de niños más grandes no es un peligro, es una oportunidad para aprender a relacionarse.
3. Seguridad: ¿la casa de los abuelos es segura?
Otro tema clave es la seguridad. Saber que tu hijo está seguro cuando vos no estás es fundamental para manejar el distanciamiento con tranquilidad.
- En el jardín estará en un lugar pensado para chicos, con gente especializada y con experiencia. Podés sentirte tranquila.
- Con la niñera, también podés estar segura si previamente verificaste su experiencia y capacidad, y confías en ella. Recordá que es clave comunicarle todo sobre seguridad del niño no una sola vez, sino continuamente, porque cada etapa conlleva nuevos cuidados.
- ¿Y en la casa de los abuelos? ¿Pueden seguirlo si corre? ¿Tienen vista, audición, agilidad para levantarlo en brazos? ¿Le prestan la atención que necesita? Los abuelos, a diferencia de la niñera, suelen hacer varias tareas al mismo tiempo: ir al súper, pasear al perro, cocinar, planchar. Verificá que sean capaces de hacerlo con tu hijo dentro de casa, de forma segura. La casa de los abuelos puede tener riesgos —medicamentos en la mesita de luz, productos de limpieza al alcance, bordes filosos, objetos pequeños—. Pensar juntos cómo hacer la casa más segura y posiblemente hacer un curso de primeros auxilios pediátricos y maniobras de desobstrucción es clave.
4. Manejo de tensiones: ¿abuelos, jardín o niñera?
Las diferencias en estilos educativos pueden generar fricciones.
- Niñera: podés acordar de antemano tus principios educativos y escuchar sus sugerencias.
- Abuelos: por diferencias generacionales, pueden tener ideas muy arraigadas —sobre comida, sueño, caprichos—, y enfrentarlas puede ser más complicado. No es fácil decirle a tu suegra —que cuida gratis a tu hijo ocho horas al día— que lo está malcriando o que no te gusta cómo organiza la rutina.
- Jardín: las educadoras siguen un método previo, así que el conflicto es menor.
Con una niñera, tenés un vínculo laboral; con los abuelos, estás inmersa en relaciones familiares delicadas.
5. Socialización: ¿es hora de que esté con otros?
“Lo mando al jardín para que esté con otros niños, juegue, se divierta”. Esta motivación es importante, especialmente desde los 2 años en adelante. En ese momento, jugar con pares se vuelve fundamental y se debe fomentar.
- En el jardín, la socialización está garantizada.
- Con la niñera, se puede organizar encuentros regulares con otros niños en el parque, ludoteca o espacios comunitarios.
- Con los abuelos, puede ser más difícil: entre las compras, las tareas y las salidas, ¿tendrán tiempo y energía para llevarlo al parque?
Antes de 18–24 meses, en cambio, los niños aún no necesitan socialización con pares; necesitan a un adulto. Para algunos psicólogos, la socialización temprana en el jardín no es ni socialización, es convivencia impuesta. De todas formas, la posibilidad de estar con otros niños es algo que debe considerarse al decidir entre abuelos, jardín o niñera.

6. Estímulo y aprendizaje: ¿dónde aprende más?
- El jardín permite que el niño explore con las manos, escuche, juegue con texturas, dibuje, juegue con agua. Los primeros tres años aprenden a través de la experiencia sensorial. El jardín no es un guardería improvisada, es un espacio educativo, donde pequeños desarrollan autonomía para comer solos, sacarse los zapatos y mucho más.
- Una niñera preparada puede promover actividades guiadas si para vos es importante que tu hijo use colores, aunque se ensucie la remera: manualidades, plastilina, dibujo, collage, música, baile, juegos de armar.
- Los abuelos: es más difícil esperarles este tipo de actividades estructuradas, aunque pueden darles cariño y atención.
7. ¿“Al menos queda en familia”? Pensá en el vínculo
Los abuelos son figuras fundamentales, aportan afecto y un sentido de pertenencia a la familia. Pero si pasan todo el día con el niño, el vínculo puede perder su carácter especial. Ya no serán los abuelos que te miman o te dan golosinas, sino aquellos que se enojan porque no comés o pierden la paciencia por cansancio.
La niñera y las educadoras pueden también convertirse, de algún modo, en familia; todo depende del vínculo, de la confianza, de cómo las presentes al niño.
8. Estabilidad: ¿y dentro de un año?
- ¿Por cuánto tiempo podrán los abuelos cuidar al niño ocho horas al día?
- ¿Una niñera recién graduada cuánto se quedará?
- ¿Las educadoras del jardín serán las mismas todo el año?
Antes de elegir, pensá en la continuidad. Cada cambio puede desestabilizar al niño y a toda la familia. Cambiar de niñera, o que cambien las maestras en pocos meses, implica volver a adaptarse.
9. Inserción: ¡también con los abuelos hay que hacerlo!
Abuelos, niñera o jardín: cualquiera sea la opción, tu hijo tendrá que adaptarse. Menos tiempo con vos, alguien que lo cambia, lo alimenta, lo abraza.
- El jardín hace una inserción guiada.
- Si elegís niñera, también hace falta un proceso: primero que venga a jugar, después a darle la comida, al baño, y finalmente que se quede un rato mientras vos estás fuera.
- Si elige ir a casa de los abuelos, acostumbralo a la rutina: durmiendo, comiendo, saliendo desde allí. Antes de tu regreso al trabajo, hacé que ya esté adaptado: cambia los horarios de dormir y despertarse. No tengas prisa y preparate para reacciones emocionales: llanto, despertares nocturnos, falta de apetito. El cambio demanda energía y puede volverlo irritable.
Cuando vuelvas del trabajo, dedicalo media hora sin tu celular ni distracciones. Verás que pronto todo se convierte en rutina; el niño recupera su seguridad y la vida familiar vuelve a la normalidad.
10. Un poco de tiempo para vos
Al reorganizar tu vida al volver al trabajo, también considerá tu tiempo personal y de pareja. Una mamá tranquila forma hijos tranquilos. Después del primer período de adaptación, si te tomás tiempo para vos (gimnasio, café con amigas, una caminata) también será bueno para tu hijo.
- ¿Los abuelos pueden quedarse un rato más si querés ir a entrenar?
- ¿O necesitás encontrar una niñera a horario para algunas salidas?
Que sean abuelos, jardín o niñera, tomá tiempo para definir. Evaluá todas las posibilidades: visitá jardines de tu zona, conocé niñeras, hablá con los abuelos. Las opciones son muchas: podés elegir jardín por la mañana, pedir ayuda a los abuelos por la tarde y acudir a una niñera para las salidas nocturnas. O alternar entre abuelos y niñera. Lo importante es crear una rutina que brinde seguridad al niño.
Al final, elegí lo que te da paz mental y hacé saber a tu hijo que dejas al mejor para él.
¿Vos ya elegiste entre abuelos, jardín o niñera? ¿Tenés un consejo para otros padres? Contanos tu experiencia.
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